jueves, 26 de enero de 2012

LA CASA DEL CRISTO POR DENTRO: ¿CÓMO LO HABÉIS PERMITIDO?





Hemos hablado mucho de esta casa, que, si antes del blog era desconocida para muchos jerezanos, incluso para aquellos que amaban su patrimonio, a partir de ahora será tan conocida como Riquelme... o al menos eso esperamos y por motivos muy semejantes, pues ambas son, "ex-equo", el fruto de la mala gestión del patrimonio ciudadano que se está llevando a cabo desde hace, como poco, treinta años. Eso, sin contar todo lo que hubo antes, claro está. Y sin olvidar la culpa que todos lo jerezanos tenemos en estos asuntos que son comunes a todos los ciudadanos, como es el respeto a nuestra propia ciudad.

Si Riquelme es el abandono en su grado más extremo, "El Cristo" es una imagen del atropello que, por parte de constructores, arquitectos y Ayuntamiento, se sigue llevando a cabo, al convertir una preciosa casa del siglo XVII, que nos había llegado completa, en esta especie de adosado del siglo XX.

Su aspecto, tanto exterior como interior, era muy parecido al de la casa de la Cruz Vieja nº 17 que mostramos en una entrada anterior con la idea de que quede constancia pública de su estado actual y su enorme categoría e importancia.

Esta de la calle Pollo, como era habitual, se articulaba en dos patios (apenas ha quedado uno en pie), dos plantas y se completaba con la bodega que cayó para meter más pisitos en su hueco. Los balcones, decorados con las tradicionales orejetas, eran ejemplo perfecto de las formas de los años centrales del XVII (ni rastro). La escalera que comunicaba los dos pisos, está por una nave perdida, caso de que siga existiendo, pues el constructor parece ser de cuidado y, lo que fue una escalera señorial hoy aparece cubierta con ese "artesonado" que parecen impropio de la casa que fue.

La horrible reconstrucción interior no ha respetado nada de lo que hubo, han arrasado todo cuanto podría identificarla con una casa tres veces centenaria, no tenéis más que mirar las fotos y ya me diréis si "eso" se parece a una casa del XVII, teniendo, como tenéis, el ejemplo de la de la Cruz Vieja para comparar y, para eso, sólo necesitamos ojos en la cara y un par de neuronas en el cerebro... algo que no tiene mucha gente de la que interviene en nuestro patrimonio y, mucho menos, el responsable de dar los permisos para hacer cosas como éstas.

Cuando hagamos nuestra Ruta de la Barbarie por San Miguel, dentro de muy poco, este será uno de los puntos ineludibles, donde veremos, cara a cara, lo permisivos e ignorantes que nuestros responsables políticos, así como algunos profesionales de la construcción, pueden llegar a ser y comprenderemos aún mejor, el porqué del nombre de nuestras rutas.

¿No quedamos en que había un PGOU? ¡¡¡¡¡Socorroooo!!!!!

Esperanza de los Ríos








miércoles, 25 de enero de 2012

LA IGLESIA DE SAN MATEO: deterioro del templo y su entorno.

El pasado lunes 23 de Enero de 2012 participamos en una mesa redonda organizada por la plataforma "Jerez por San Mateo" para reclamar soluciones ante el alarmante estado de la capilla del sagrario de la iglesia de San Mateo, al que ya nos hemos referido en varias ocasiones en este blog. 

En el acto participaron también el arquitecto Juan Ramón Díaz Pinto, autor del proyecto de restauración de la capilla, y los historiadores Antonio Aguayo Cobo y Juan Antonio López Sánchez, que hablaron del templo desde los enfoques iconográfico y turístico, respectivamente. Por nuestra parte, dimos unas breves pinceladas sobre el deterioro del edificio y su entorno en las intervenciones que recogemos en los dos vídeos que adjuntamos.








martes, 24 de enero de 2012

SOBRE LA MESA REDONDA DE AYER

Alertan del riesgo que corre la capilla del sagrario de la iglesia de San Mateo

Una mesa redonda analiza el "mal estado" en que se encuentra la parroquia y el barrio
A. CALA |  24.01.2012



"La cúpula se puede caer en cualquier momento". El coordinador de la Plataforma Cívica 'Jerez por San Mateo', Santiago Zurita Irigoyen, alertó ayer del "mal estado" en que se encuentra la capilla del sagrario de dicha iglesia. Lo hizo en el transcurso de una mesa redonda en torno a este barrio jerezano, en la que estuvo de moderador, acompañado por el arquitecto Juan Ramón Díaz Pinto, y los historiadores Antonio Aguayo Cobo, Juan Antonio López Sánchez, José Manuel Moreno Arana y Esperanza de los Ríos, en la Escuela de Hostelería. "Sabemos que no es momento de pedir dinero al Ayuntamiento, pero sí de concienciar a los ciudadanos y a las administraciones para que esta situación no se olvide". A este respecto, Díaz Pinto habló del proyecto de intervención para la recuperación del sagrario por parte del Ayuntamiento, realizado en 2008, que tendría un coste de unos 323.000 euros, que supondría la consolidación de las bóvedas, impermeabilización, cambiar las cubiertas, iluminación, carpintería... El Consistorio aportaría además parte de los recursos humanos, aunque los económicos tendrían que ser recaudados por la propia Plataforma, que de momento tan sólo lleva recogidos 20.000 euros. "La cosa está un poco parada y por eso hacemos esta mesa redonda, para reavivar el asunto, decir que no estamos dormidos y concienciar para pedir apoyo moral y físico para organizar lo que sea necesario para seguir recaudando, y eso que ya hemos hecho de todo. El tiempo juega en nuestra contra", aseguró Zurita.

Y para seguir concienciando, Esperanza de los Ríos y José Manuel Moreno Arana, precursores del blog jerezpatrimoniodestruido.blogspot.com, hicieron un recorrido por el estado "indecente" en que se encuentra el barrio de San Mateo, y pusieron como ejemplo la plaza del Mercado y los palacios del Pantera y Riquelme. Ambos historiadores hicieron un llamamiento a los vecinos y administraciones para que se "conciencien de lo mal que está esta zona", e hicieron especial hincapié en los arquitectos responsables de las intervenciones que se han hecho o se puedan hacer en el barrio, "porque no podemos olvidar que aquí hay auténticos ladrillazos. Les pedimos que respeten. Estamos en un entorno que es Bien de Interés Cultural y más que estar protegido, parece que está perseguido". Respecto al sagrario, De los Ríos aseguró ser testigo de "las grietas que llenan este espacio de la iglesia, que definitivamente está para caerse". "Ahora -añadió- no hay dinero, pero lo ha habido, y mucho, y se ha invertido de muy mala manera. El Ayuntamiento está tratando muy mal a este barrio".


FUENTE: http://www.diariodejerez.es/article/jerez/1167154/alertan/la/capilla/sagrario/san/mateo/se/viene/abajo.html

viernes, 20 de enero de 2012

COLORES Y HORRORES

casa "Verde" en calle Guadalete

Jerez no fue nunca un pueblo blanco. El color era un elemento presente en la arquitectura, tanto en interiores como en exteriores. Se materializaba en los revestimientos de los muros de nuestro caserío en esgrafiados, decoraciones geométricas, estucos, murales, en azulejos o en las esculturas que coronan casas y templos. El ornato no estaba completo sin estos revestimientos polícromos que ocultaban, en la mayoría de los casos, la pobreza de los materiales de construcción (hoy en día, sin embargo, es al revés; se descarna el enlucido de sus muros, que nunca se concibieron para ser vistos. En fin, modas… modas, que escapan a la normativa sobre protección del Patrimonio).

Detalle de decoración en casa de calle Porvera
Restos del esplendor polícromo que nuestra ciudad tuvo bajo los auspicios del Barroco son los restos de decoración pictórica que se pueden contemplar en la fachada de una casa de calle Porvera, que una restauración reciente ha sacado a la luz; la Puerta del Campo del convento de Santo Domingo, también recientemente restaurada; la casa en peligro de derrumbe de la plaza Mirabal (de la que ya se habló en anteriores entradas) o los restos polícromos que aún se pueden apreciar en la fachada de la Catedral.

Los efectos inexorables del tiempo y el blanqueamiento con cal (o pintura), como sistema más económico para el adecentamiento de fachadas, han ido borrando -y con ello hemos ido perdiendo- las huellas de ese colorido pasado.

Hoy Jerez se sigue llenado de color. Pero, no hay que mirar mucho para ver que se hace, en la mayoría de los casos, de forma anárquica y antiestética. En contra de los valores patrimoniales que deben preservarse como propios de ese Bien de Interés Cultural que es nuestro centro histórico. 


Podemos, así, observar una amplia paleta de colores que van desde rosa asalmonado a distintas tonalidades de rojo, del verde pálido al verde limón o al “Butano” o “manteca colorá” que tiñe el exterior del Palacio de Villapanés. Para jerezanos de otros tiempos quedó el deleite de contemplar este último edificio con sus fachadas decoradas con las “excelentes pinturas al fresco”, que alabó Parada y Barreto en su biografía del ilustrado marqués de Villapanés


Y esto sin hablar de otros siniestros revestimientos, que vulgarizan nuestras históricas calles. Éstos se merecen una entrada monográfica.

Podemos decir, no obstante, que el Color en el centro histórico posee una normativa, que protege de estas aberraciones cromáticas. Afortunadamente el PGOU recoge una serie de ordenanzas relativas al Color en el conjunto histórico-artístico:

Art. 10.3.14. Color.

Tanto para edificios de nueva planta como para los catalogados se procurará el empleo de los colores tradicionales del Centro Histórico de Jerez detectados tras el estudio realizado sobre el mismo. Básicamente se trata del blanco, albero y, puntualmente, el almagra para fachadas, marrón y blanco para carpinterías y negro, blanco y verde para cerrajerías.

Cuando las condiciones de diseño lo requieran podrán emplearse otros colores como gamas tierra para los paramentos, siempre en colores claros.

En el RECINTO INTRAMUROS el color blanco de fachada será obligatorio salvo que se justifique otro color como el original del edificio mediante estudios de carácter científico.

Para la rehabilitación de edificios catalogados como Interés Específico o Interés Genérico será obligatorio el estudio del color original y su recuperación. Cuando en estos edificios simplemente se pinte la fachada será, así mismo, obligatorio ese estudio salvo que se vaya a pintar en blanco.

Se consideran colores especialmente disconformes con el entorno, y por tanto expresamente prohibido su empleo en fachadas:

- Colores primarios o secundarios: azules, rojos, amarillos, verdes, rosas, naranjas, violáceos, así como sus variantes.

- Almagra, salvo en edificios singulares como resultado del estudio del color.

- El uso conjunto en un mismo edificio de colores albero con colores almagra.

La casa "verde" de Guadalete en el PGOU


Sólo hay que pasear por el centro para comprobar un panorama totalmente discordante con lo que expresa esta ordenanza municipal. Y es que salta a la vista que ni siquiera se cumple en actuaciones “polícromas” posteriores al actual PGOU y en edificios catalogados. Contraviniendo no sólo esta norma municipal sino también lo regulado por la Ley de Patrimonio de Andalucía en relación a la contaminación visual dentro de los conjuntos monumentales.  


                                                                                                                                      Juan A. Moreno.

lunes, 9 de enero de 2012

CRUZ VIEJA, 17: OJALA NO VUELVA A OCURRIR LO MISMO QUE EN LA CASA "DEL CRISTO"


Un palacio, según el Diccionario de Covarrubias (siglo XVI), era "Casa de emperador o de rey, latinus palatium," este nombre procede del de Roma, que estaba situado en el monte Palatino. En Castilla se le dió una acepción distinta, llamando de este modo a una pequeña estancia que se hacía a la entrada de la casa. Pero entre nosotros, los andaluces, desde el principio tuvo este significado de "Casa principal", con independencia de que la habitasen reyes o grandes señores.

Por esto, cuando vemos una casa de gran porte y magnífica construcción, la denominamos de esta forma, y lo seguimos haciendo cuando se ha transformado en casa de vecinos, como ésta de la que hoy escribimos, o, incluso, cuando queda poco de él, como el ya bien conocido ejemplo de Riquelme.


En cuanto a la "tristeza" que en esta etiqueta le atribuimos a los palacios jerezanos, se justifica por el hecho de que en gran parte están abocados a la ruina y a ser dejados por imposibles, como en el caso del ya citado Riquelme, fracasada, una vez más, la posibilidad de su "vuelta a la vida", cuando muchos soñabamos con verlo convertido en museo... pero esas cosas son propias de los cuentos de hadas, en Jerez no suceden.


Para resarcirnos, hoy mostramos un edificio de porte señorial, en el cual campean varios escudos de los Ponce de León, pero que hoy es una casa de vecinos.

Es de agradecer su buen estado de conservación debido a que está habitado por personas que lo cuidan y mantienen vivo, habiendo sufrido también diversas intervenciones en diversas épocas, entre ellas, algunas recientes.



Su fachada se articula en dos pisos. El inferior no lleva ninguna decoración, concentrandose en los balcones del segundo piso o "planta noble": vemos unos frontones curvos y partidos que albergan pequeños áticos en su interior, de tipo arquitectónico-retablístico, que coronan tanto el balcón principal como los laterales.

Estas formas y su organización están muy relacionadas con las empleadas por Antón Martín Calafate en sus obras documentadas por quien esto escribe, como la sacristía de Santo Domingo, de 1623, por lo cual, no resulta díficil relacionar este edificio con dicho maestro mayor del Cabildo jerezano, quien ejerció su oficio de albañil y arquitecto desde 1621 hasta su defunción en 1659.

Esta casa, de compleja e irregular estructura interior, responde a la concepción de la casa, durante el siglo XVII, como un espacio no sólo elegante, sino también práctico, mostrándose un primer patio, cuyas columnas tienen el escudo de Ponce de León en los capiteles, un segundo patio, del cual parte la magnífica escalera que sube al segundo piso, y un pequeño espacio trasero que, en el pasado pudo haber tenido alguna estructura hoy desaparecida, o incluso, un jardín, como tuvieron otras.


Lo más espectacular es la escalera, cuya cubierta, abovedada, y realizada, al parecer, en yeserías, se relaciona, así mismo, con los motivos ornamentales propios de Calafate. Centrada por el escudo nobiliario de la familia, se articula en gajos de tradición manierista, las conocidas como "bóvedas de pendientes" sevillanas.












Milagrosamente, aún conserva el barandal de madera original, en cuyo cuidado insistimos por lo escasos que son y su valor como obra mueble y ornamental de carácter civil y que debe ser mirado como oro en paño y no exagero.

Vemos en las fotos algunas de las perspectivas tan bellas que componen los arcos y los espacios de la casa y, realmente, da tristeza que no luzca tan hermoso como debería estar, pero encantados de que esté vivo y esté cuidado por sus habitantes. Ya estamos acostrumbrados a las reformas salvajes que arrasan con todo, como estamos viendo en tantos edificios de esta malhadada ciudad.


Esta entrada tiene una clara finalidad expresada en el título: que no ocurra lo mismo que con la casa del Cristo, entregada a profesionales incompetentes y destrozada para ser convertida en una horterísima vivienda sin ningún sabor ni prestigio, sin ningún recuerdo de lo que fue. Cuya barandilla de madera, más pequeña pero tan antigua como ésta, tal vez haya sido sacrificada ya por el constructor.


Esta casa es de sus habitantes, pero es de todo Jerez y, si se la maltrata como se ha hecho con la del Cristo, pediremos cuentas desde estas páginas y desde donde haga falta. Contra el destrozo de nuestro Patrimonio, por salvar nuestra historia del olvido, contra los abusos de políticos y constructores:

¡¡¡¡¡¡¡¡Jerezanos!!!!!!!!!



Esperanza de los Rios









domingo, 8 de enero de 2012

OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA


Dar contenido poblacional, comercial, administrativo y cultural o de ocio es el primer paso para salvar y recuperar cualquier centro histórico. El segundo es que las actuaciones que, en este sentido, se hagan respeten y potencien sus valores patrimoniales. Esto que es -o debe ser- el ABC de cualquier política en materia patrimonial y de potenciación de los cascos antiguos, esta simpleza, parece que no ha sido bien entendida por nuestros munícipes, tanto anteriores como actuales. Llevamos más de un año y medio dando las pruebas, pero hoy tenemos una más.

Años lleva dando páginas en los diarios la ampliación de la colección pictórica del empresario de la construcción Joaquín Rivero. Una primera fase se acondicionó en las bodegas del Rincón Malillo, a la espera de poder alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento para que se le fuese cedido el palacio Riquelme, en ruinas como todos los palacios que han parado a manos municipales y tan vacíos de contenido como las cabezas de nuestros regidores. 

Guardábamos la esperanza que esta pinacoteca hubiese servido para salvar a este meritorio ejemplo de la escasa arquitectura civil renacentista de nuestra ciudad y entorno, creando un foco de atracción que haga volver la mirada hacia el afrentado barrio de San Mateo. Anhelos vanos. Al parecer –pues ya sabemos que las palabras de los políticos se las llevan el viento-, serán finalmente los claustros de Santo Domingo los que acojan esta importante colección pictórica. Nos alegramos que Jerez cuente con otro referente cultural. Pero no podemos sino lamentarnos de que el centro histórico de nuestros políticos tenga su Non plus ultra erigido entre la Puerta Sevilla y la Plaza del Arenal. Nada más allá. Cortas miras las de nuestros munícipes.

         Por otro lado, esta cesión no deja de causar cierta desazón. No dejamos de preguntarnos si es adecuado  ceder a una entidad privada, durante 50 años, un bien patrimonial, como son los Claustros, en cuya restauración y rehabilitación -que ha dejado mucho que desear- se han gastado más de 3,6 millones de euros procedentes de fondos públicos. ¿Qué contraprestaciones tendrán los jerezanos con esta cesión? ¿No hubiese sido mejor, incluso para las arcas municipales, que este empresario adquiriese cualquier palacio, como el de Riquelme o Villapanés, de los muchos que están en grave peligro de destrucción inminente, favoreciendo sinergias para la recuperación de los barrios del centro históricos?¿En trece años en que han estado cerrado los Claustros no se ha encontrado otra solución para darle contenido que esta que viene "llovida del cielo"?

         Ya hemos dicho en alguna que otra ocasión que el Patrimonio de Jerez necesita mecenas. Mecenas que apuesten por esos mármoles y arcos destrozados de nuestros viejos palacios, por esas soberbias casas de vecinos que la violenta piqueta derribó… pero, claro, si, por muy magnate que seas, te dan un flamante conjunto restaurado, aunque sea con el único objetivo de que el turista no tenga que desplazarse mucho del hotel, pues…¡Viva La Pepa!

 Juan A. Moreno.

martes, 3 de enero de 2012

JUANA DE DIOS LACOSTE (II): EL FIN DE LA FIESTA.


La basura habla de nosotros con mayor claridad que nuestras palabras.

La basura son nuestros hechos, el rastro que van dejando nuestros pasos sobre la tierra, el recuerdo más primario de nuestra vida física y material.

Son los elementos que nos permitieron alimentar los cuerpos dedicados al disfrute de un presente que creemos eterno, pero que sólo es eterno en cuanto a lo mucho que tardan en desaparecer. La "botellona", los restos de un desparrame sexual, una noche de sueño entre trapos viejos, todo eso permanece como un campo arqueológico maloliente entre las casi demolidas paredes de esta calle, que tan mala vida está llevando de diez o doce años a esta parte.

Estas imágenes nos hablan de personas que, sin dudas, gozaron durante su estancia en esta calle, que en ella bebieron y comieron, dando muestras de su desaseado paso por esta ciudad, donde no hay límites para el atropello de lo público.

Porque estas escenas, vergonzosas antes que repulsivas, proceden todas de una misma calle, Carpintería Alta, ahora Juana de Dios Lacoste. De una calle que fue modélica en cuanto a conservación y limpieza hasta hace muy pocos años y que ahora es protagonista de este blog por segunda vez: la primera, por la salvaje devastación a la que se ha visto sometida y ahora, por la suciedad extrema que vemos en ella, tanto en edificios de venerable antigüedad, como en otros de construcción o rehabilitación reciente.

Este desafuero es un serio problema para los vecinos y empresarios que intentan sobrevivir en ella pues, como hemos dicho otras veces, parece un territorio en guerra.

Nuestro paseo comienza con la que fue casa de los Navarro, retablistas del siglo XVIII de airada pero laboriosa vida, cuyos aspectos mas salvajes parecen haberse reencarnado en los restos de "botellona" y juerga que asoman por sus ventanas.



Una preciosa casa, de la que nos hemos ocupado reiteradas veces en este blog y que solo parece esperar sus últimos días, a manos del Tiempo o de la "Corporación de Amigos de la Piqueta" que tanto abunda en la ciudad.

Un poco más adelante, se encuentra el gran edificio bodeguero que fue propiedad de la familia Parra y que en época del "Alcalde por antonomasia" estuvo a punto de ir al suelo para hacer pisitos, a pesar de que conserva restos de construcciones del XV, XVI y XVII, llegando desde esta calle hasta la calle Canto y del cual hemos hablado en otras entradas.

En este conjunto de carácter momumental y, en consecuencia, hoy casi derribo, se albergaba el tabanco de "El Duque" (otro habitual de nuestras páginas), que hoy se muestra melancólicamente puerco, a través de sus ventanas abiertas, a pesar de haber sufrido un incendio. Su interior ofrece una desesperada belleza, con su esplendida columna de mármol del XVII, sus arcos y sus libros quemados en las estanterías aún enhiestas, emergiendo entre apestosos restos que ninguna escoba es capaz de barrer, como una "vanitas" entre paredes a las que no les queda mucho tiempo de estar en pie.





















Justo al lado de este "cuadro viviente", (bulle de vida, roedores y gatos luchan por la supremacía territorial y alimenticia), vemos un vallado que lo separa del antiguo y ahora inútil Cine Astoria; éste sirve también como basurero complementario, que pronto alcanzará el alto nivel de su precedente.













En el mismo edificio ruinoso, algunos metros más adelante, en la calle Vid que linda con el convento de la Monjas de Gracia, una especie de alambrada separa al caminante de las ruinosas paredes cuya esperada caída será una alegría para los de siempre. Pues incluso este espacio acotado se ha convertido ya en muladar. Un cartelito, de la anterior corporación municipal, prohibiendo depositar basuras queda de lo más propio en medio del caos.

Justo enfrente, el ventanal de Ponce de León, aparece gloriosamente impertinente, indiferente en su hermosura, resplandeciente entre tanto desastre.

Los transeúntes de la calle, vecinos, bolizas y turistas en una proporción difícil de determinar, no se giran para mirar tanto deterioro, sino que se sorprenden al ver a quien esto escribe, fotografiando detenidamente las basuras.

Por último, tras dejar a un lado un horrible edificio "ladrillero" pintado de verde y otra bodega ruinosa, llegamos a la plaza de Orbaneja, con su gran derribo de lo que fue casa del XVIII. Y, justo bajo una preciosa vista de la cupulita que remata la torre de San Juan, una casa a la cual el "ladrillazo" y su burbuja dejaron sin acabar, pero que si está convirtiéndose en una dignísima seguidora de sus compañeras de ignominia.
















Muchas veces hemos dicho que hay ciudades, las cuales visitamos y conocemos como ejemplos de belleza arquitectónica y de reconocida monumentalidad, que serían felices si pudieran poseer edificios como éstos que enseñamos... y mirad lo que hacemos nosotros con ellos.

Nuestros munícipes son un desastre, pero quienes han ensuciado esta calle y humillado a su ciudad de esta manera, son unos malnacidos puercos. Ya sabemos que no hay dinero, pero cuando lo había, es cuando se llevó al casco histórico de Jerez al colapso en que se encuentra ahora. Y los ciudadanos se quejan para nada porque nadie les oye, mientras que aquellos visitantes que se atreven a andar por estas calles te comentan espantados: "El centro histórico de Jerez solo está esperando a terminar de ser derribado". Mientras, otra voz te dice "Mucha protección no es buena para las ciudades" (¿os imagináis la profesión y el organismo al que pertenece quien opina esto?).


Lo peor es que lo sabemos.


¿Pensabais, amigos lectores, que ya no podíamos caer mas bajo en cuanto a Patrimonio se refiere? Pues ya lo veis, siempre podemos ir a peor, esperad a que llueva o simplemente, a que pasen unos meses.


Esperanza de los Ríos.



lunes, 2 de enero de 2012

Patrimonio rural en peligro: la finca "La Granja"



Al igual que hicimos el pasado 2011, iniciamos el nuevo año cediendo la palabra a nuestros lectores y amigos. En esta ocasión vamos a tratar uno de los muchos ejemplos de patrimonio rural que nos ofrece nuestro rico término municipal, uno de los más extensos de España. Es éste un asunto que prácticamente no hemos tratado en nuestro blog, ya que la amplitud y deterioro del patrimonio urbano apenas nos da tiempo para más. En este sentido, recomendamos de nuevo las aportaciones sobre el tema del blog "Entorno a Jerez" (http://www.entornoajerez.com/).

Hoy nos vamos a detener en la finca "La Granja", un interesante conjunto arquitectónico del siglo XIX. Las fotos- denuncia nos las envía un experto en la arquitectura decimonónica jerezana, nuestro compañero y amigo Jesús Caballero Ragel.


Jesús nos comenta que está situada en la cañada de Geraldino que conduce de Jerez a La Corta. Posee en semiruina una portada con frontón curvo y 4 pilastras almohadilladas. En las rejas de entrada puede verse J.P.A. y la fecha 1.846. A través de las rejas puede verse un camino donde han desaparecido los pilares y muretes que lo delimitaban. A su izquierda, a unos 250 metros, se erige sobre la barriada rural de la Corta una vetusta finca decimonónica en ruinas. Sobre una construcción sencilla destaca su torre Atalaya, desde la cuál, en días claros, se divisa hasta el puerto de Cádiz. Esta finca posee una entrada en curva donde ha desaparecido por derrumbe una de las puntas verticales laterales. Lo que fueron maravillosas fincas de recreo de la burguesía jerezana en el entorno de Jerez durante el siglo XIX son hoy edificaciones en ruina, donde diversos carteles prohíben el paso y avisan del peligro real de derrumbe.

Si mal conservado es el patrimonio urbano, desconocido y también caótico es el patrimonio rural jerezano. Sin duda, sin actuaciones urgentes que rehabiliten este patrimonio, dentro de muy poco tiempo serán sólo someros recuerdos en la memoria de algunos jerezanos. Que al menos, consten estas fotos.















Agradecemos una vez más la colaboración de Jesús Caballero con nuestro blog.