martes, 29 de enero de 2013

MIRÉ LOS MUROS DE LA PATRIA MÍA



 



Hoy hablarán los poetas por nosotros, por los jerezanos y por los que escribimos el blog. Para nosotros dirán sus palabras desengañadas los más grandes, los que vieron desmoronarse un Imperio, el español, perdido por los intereses dinásticos de nuestros malos gobernantes del siglo XVII, tan semejantes a los que hoy nos han destrozado la vida a tantos.






El oscuro Góngora (1561-1627), natural de Córdoba, contempló  la "derrota", a manos del tiempo, de su ciudad, que un día fue grande y cuyas ruinas de tiempos romanos y califales dejaron un aliento épico y dolido en medio del desastre político y económico en el que vivió Don Luis, sacerdote y ludópata empedernido.





Por esa imagen de grandeza pasada su hermoso soneto "A Córdoba", de 1585, identifica el deterioro y ruina descritos, con su casi homónima calle Cordobeses, de la cual creo que nunca me cansaré de escribir.



En ambos momentos, el poético del barroco y el visual de la fotografía, hallamos sentimientos en común, produciéndonos semejantes sensaciones de respeto por los valores del pasado ante la visión de sus ruinas:
 

 A Córdoba

¡Oh excelso muro, oh torres coronadas
De honor, de majestad, de gallardía!
¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,
De arenas nobles, ya que no doradas!

¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas,
Que privilegia el cielo y dora el día!
¡Oh siempre glorïosa patria mía,
Tanto por plumas cuanto por espadas!

Si entre aquellas rüinas y despojos
Que enriquece Genil y Dauro baña
Tu memoria no fue alimento mío,

Nunca merezcan mis ausentes ojos
Ver tu muro, tus torres y tu río,
Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!


Francisco de Quevedo ( 1580-1645), el visionario madrileño, nacido en Madrid y bajo el signo de Virgo, igual que Góngora, padeció detenciones y encierros continuos por su compromiso político. En su representación  de la sociedad que le rodeaba, nos adelantó también una idea acerca de los tiempos que ahora padecemos nosotros: injustos y desproporcionados con los mas débiles, como lo fue en su época, mientras nuestro mundo se viene abajo, junto con los muros de nuestra ciudad histórica.







 Ahora vemos los mismos desastres que en el siglo XVII, pues se repiten una y otra vez, imprudentemente, por quienes se empeñan en regir destinos y dineros ajenos, sin saber lo que en realidad hacen, llevándonos al descalabro y latrocinio  que hoy como ayer, padecemos en España. Vivimos una realidad amarga y desengañada al igual que estos grandes artistas la padecieron; tampoco se ve salida para el túnel que también vieron ellos.  

Son siglos, el XVII y el XXI, con visiones y experiencias de la vida en paralelo respondiendo al péndulo que es la Historia y que los malos gobernantes (todos los españoles, desde luego) se empeñan en negar.

Esta amargura común a dos épocas lejanas sólo en apariencia, y dada la situación de los edificios que una y otra vez reclaman nuestra atención y nuestra ayuda en vano, elegimos este hermoso y muy adecuado soneto de 1613:

Enseña como todas las cosas avisan de la Muerte:
 
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

  Salíme al campo: vi que el sol bebía         
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

  Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,            
mi báculo más corvo y menos fuerte.

  Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.



 


El recorrido elegido es ya un clásico en este blog pues,  igual que mis compañeros, yo también emprendo reiterativamente un melancólico recorrido por esta ciudad antigua, devastada, que un día fue importante y hermosa, admirada por sus monumentos y descrita por los viajeros, y que hoy sirve de circuito de velocidad para coches, motos y bicicletas, de meadero para botelloneros y de chutadero o esnifadero para quien tuvo la mala fortuna de elegir ese camino.


 

Esta ruta representa nuestra derrota como ciudadanos, como votantes de políticos infaustos y como sufridores de economistas negados para el bien común pero listos para el provecho propio, igual que lo hemos sido de tantos constructores aprovechados de la indolencia, ignorancia y dejadez de toda una ciudad chauvinista y unos Alcaldes pasotas

 

Somos nosotros las víctimas que se quedan sin trabajo, sin casa y con una ciudad destrozadada por aquéllos a los que estamos pagando para que nos arruinen la vida y las ilusiones y a punto de que nos cobren hasta para reparar el mal que nos han hecho, cuando hay que ir al médico.








Estas casas huecas y llenas de basura son la imagen de "esos" que ocupan los sitiales en los estrados y el lugar preferente en las procesiones, que sonríen a las cámaras de televisión y huyen de las preguntas de los periodistas. De los que buscan a los bancos y a los banqueros. De "esos" corruptos que nos dan tanto asco.

De los que no saben ni que existen estas calles. 

Pero como siempre escribo y digo, este blog es la voz de estas paredes que no pueden hablar, y nosotros hablamos por ellas y apoyamos a las personas que viven en estos entornos y que quieren vivir de forma digna, sin ratas ni peligro de paredes caídas, de derrumbes ni de ocupas. 

Nosotros somos la voz de estas paredes.


¡¡¡¡¡Jerezanos!!!!!!



Esperanza de los Ríos

3 comentarios:

Cartujón Verbenero dijo...

Esperanza, qué bien que no os cansáis de clamar en el desierto como San Juan. Eso, en mi opinión tiene mucho mérito.
Pero debes tener "paciencia" pues dentro de un par de años, cuando se acerquen las elecciones, seguro que habrá numerosos "zafarranchos" para arreglar todo esto en dos semanas. En este pasotismo por todo lo que afecta a nuestro Centro Histórico parece que el gobierno municipal y la oposición van de la mano.

Jerez dijo...

Que bien volver a verte en nuestro blog, Cartujon de nuestras almas, te echábamos de menos, esto sin ti no tenía vida ni color...¡Eres la alegría de nuestras páginas¡

Por supuesto que no nos cansamos, seguimos dale que dale, ese es nuestro oficio y nuestra Cofradía la de la Santa Paciencia.

Pero vemos como en este barrio de San Mateo la gente se ha concienciado a través de su Asociación Vecinal, que es muy trabajadora y que se va instalando allí gente joven y con gusto por las casas viejas, tu ya lo sabes de sobra, y a esas personas nos dirigimos porque vale la pena trabajar cuando sabes que te escuchan con interés y que les apoyamos en sus reivindicaciones justas.

Estoy de acuerdo contigo en lo de las elecciones y en como da igual el partido gobernante, solo quieren el sillón y decir palabras huecas, mientras solo se preocupan de la calle Larga y de la Plaza Esteve.

Por todo eso y por mucho mas dan tanto asquito, mejor dicho, ascazo.

Pero tu no dejes de escribir que sin ti estamos huerfanos y nos aburrimos mucho.

Hasta la próxima.


Jerez dijo...

Soy Esperanza la que te escribe, supongo que te habras dado cuenta, pero en fin, se me había olvidado firmar y ya sabes que me gusta hacerlo.
Como te digo, hasta pronto.

Esperanza