Porque paranormal nos parece, después de tanto desencanto, la
noticia de que por fin el obispado se ha decido a meter mano a la Iglesia de
Santiago, esperemos que así sea, y desde aquí todo nuestro apoyo.
Pero lo verdaderamente paranormal que se ha podido
contemplar en estos días es la aparición de unas caras. Pero no, no es la de
duro rostro de San Hugo Chaves, que ha aflorado para después esfumarse en un
muro de hormigón de Venezuela. Las caras a las que me refiero han aflorado, como jaramago primaveral, en
otro muro, pero de nuestra querida ciudad de Jerez de la Frontera.
El fenómeno se ha materializado en la fachada de una casa de
época inmemorial de la pintoresca, por decir algo, plaza de Mirabal.
Miren y asómbrense con este inesperado evento lúdico-festivo: desasosegados rostros de angustia que reflejan sufrimiento extremo.
¿Por qué han aparecido en esta fachada? se preguntarán ¿Quizá para reflejar una mala conciencia que les azota en el más allá por dejar cosas pendientes en este mundo terrenal?
Miren y asómbrense con este inesperado evento lúdico-festivo: desasosegados rostros de angustia que reflejan sufrimiento extremo.
¿Por qué han aparecido en esta fachada? se preguntarán ¿Quizá para reflejar una mala conciencia que les azota en el más allá por dejar cosas pendientes en este mundo terrenal?
Viéndolas con detenimiento, parecen que nos quieren avisar para que no sigamos su ejemplo, su mal ejemplo. Inquietante, ¿verdad?
Juan Antonio Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario