martes, 13 de diciembre de 2011

CALLE TAXDIRT O LO QUE ¿EL TIEMPO? SE LLEVÓ.






Para sangría patrimonial, la de la calle de la Sangre. Y nunca mejor dicho. Sí, aquella que se bautizó como Taxdirt a principios del siglo XX, para conmemorar una victoria militar, pero que aún hoy sigue conservando entre el pueblo jerezano su denominación histórica. Como sucede con otras calles que también fueron objeto de "rebautismo", su arraigo en el patrimonio oral del pueblo jerezano la hizo inmune al cambio de denominación. 

Su denominación histórica -de la Sangre- no se le dio porque algún pretérito adivino vaticinase la sangría patrimonial que en nuestros días iba tener lugar en ella, que es el tema de la presente entrada, sino por el Hospital de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. 


Este hospital fue fundado en 1485 por un carpintero de carretas, a quien el negocio le tuvo que ir tan bien como para hacer una fundación asistencial. Según consta en los documentos, en el siglo XVIII se ocupaba de la curación de mujeres. Pasando de unas manos a otras, el edificio ha continuado con esta función asistencial hasta hace apenas un mes. Todo parece indicar, con el traslado del asilo de ancianos a otras instalaciones, que el Hospital de la Sangre  vendrá a engrosar la nómina de edificios históricos de nuestra ciudad que han perdido en los últimos tiempos, tras siglos de existencia, los fines para los que fueron erigidos. Por cierto, el PGOU  destina a este edificio un uso para actividad económica. 


En los Viernes de Cuaresma de siglos pasados, la calle de la Sangre se convertía en un continuo discurrir de jerezanos que hacían el rezo del Vía Crucis, el cual, comenzando en Santo Domingo, concluía sus últimas estaciones en esta subida a la capilla del Calvario. 


Hoy, como decimos, la calle de la Sangre es el escenario de otro calvario y de otro Vía Crucis: el del Patrimonio de Jerez. ¿Nos acompañan a recorrerlo?



Primera estación. Nada más comenzar nos topamos con la mudéjar -y cercenada- logia del Hospital de la Sangre. 



Con el cierre de Santiago la cofradía de Jesús del Prendimiento se trasladó hace unos años al antiguo hospital. Pero quien diseñó esta logia, allá por fines del siglo XV, no se pudo imaginar que a través de su arcada tendría que salir una de las estampas más señeras de nuestra Semana Santa. Las cabezas pensantes del Ayuntamiento -propietaria del inmueble- encontró, tras arduas deliberaciones, una solución para los cofrades de Santiago: "cortar por lo sano". Como el Mar Rojo, la iglesia del hospital y su logia se abrieron para dejar paso a la venerada imagen de Cristo Preso en el Huerto de los Olivos. ¡Los que permitieron este destrozo sí que deberían ser metidos presos!





El atrio antes del derribo.


La siguiente estación discurre hasta el cruce con la calle San Onofre. El panorama es desolador se mire a una u otra acera. Pronto se esfuma de nuestras pupilas la visión de la afortunadamente bien conservada portada que diseñara Juan Diaz de la Guerra en la segunda mitad del siglo XVIII para el hospital: casas de progenie dieciochescas y anteriores de un apreciable, pero infravalorado, valor artístico, histórico y antropológico hacen las cuentas de los días que le quedan para convertirse en campos de jaramagos. Campos, solares, como los que dejaron las que ya sucumbieron por el abandono y al paso y al peso de los años.


Si volvemos la vista huyendo de esta infame desolación nos daremos de bruces con la bodrio-arquitectura contemporánea, suplantando las moradas de un Jerez tan difunto como ellas. En los próximos años, si nadie lo remedia, esta calle podrá servir de completo catálogo para el estudio de esta arquitectura de nuestro días.















Amigo o amiga, si todavía no lloras, pon la vista en esta vieja fotografía de lo que fue esta calle en tiempos no demasiado lejanos.



foto: blog Jerez Intramuros



Pasamos a otra estación de esta ascención al Calvario del Patrimonio de Jerez, de la que es escenario la calle Taxdirt. Dejando atrás el cruce con la calle San Onofre y Armas de Santiago, una superviviente. Y sobre ella un rótulo que es también "patrimonio" de la ciudad: ante ustedes el Bar las Copas. Seguro que muchos que lo recordarán abierto (o quizás no). 




En la otra esquina, una casa, protegida por el PGOU, y junto a ella los escombros centenarios y el solar de una vieja bodega, para la que la "conservación arquitectónica", grado de protección que le otorgó el PGOU cuando se elaboró en 2007, no ha impedido que hoy sea un solar en venta. Escaso grado de protección que, por otro lado, es el que se otorga a los inmuebles catalogados de la calle Taxdirt (ver en el plano los inmuebles señalados en color celeste).

Pero, con todo, ¿de qué sirve la protección del PGOU, por mínima que sea, si no hay dinero, ni ganas, ni interés por conservar estas arquitecturas mal llamadas "populares"?






Cuanto más nos aproximamos al Calvario, mayor es la destrucción que contemplamos. Y mayor la rabia ante tanta barbarie. En primer plano, el cuartel del Artillería y su monumental fachada decimonónica fueron pasto de la salvaje especulación urbanística de fines del siglo XX y principios de éste. En su loca voracidad, la piqueta dejó olvidados los rojos muros y escaleras exteriores del cuartel como grotescas sobras de su festín.




El cuartel en una antigua foto.


Restos del edificio anterior.





Se hicieron los pisos y se dejó que el acerado de la calle fuese dejando lugar a las raices de los árboles, convirtiéndolo en un peligroso e indecoroso signo de identidad de este tramo de calle. Se puso un aparcamiento, que es tercermundista. En fin, que se hizo caja al hacer los pisos y a todo lo demás que le den... Y qué más da que uno de los lugares más visitados de Jerez (el Zoo) esté al lado, si ya nos lo hemos llevado calentito ¿verdad señores del Ayuntamiento?





Al otro lado de la acera, fantasmales casas señoriales de recreo y edificios industriales recordando épocas de esplendor pasadas. Y nosotros temiendo las futuras...





Llegamos al final del Vía Crucis, la ermita del Calvario. Su remasterizado entorno hace añorar el de las viejas postales, que nos cuentan cómo un idílico espacio público fue enajenado para construir esa mole de ladrillo que fue la fábrica de cartonajes y el anterior edificio del seminario diocesano. Hoy se ha recuperado parte de los jardines y se ha intentado adecentar el lugar que acoge el seminario con una nueva arquitectura contemporánea. 


Si bien este edificio intenta armonizar algo más que el antiguo con la clásica portada del siglo XVII de la capilla del Calvario, desde luego, no puede decirse lo mismo del muro exterior. 






En fin y en resumen, que quien quiera ver, estudiar o enseñar (animamos a los docentes a esto último; hay que crear conciencia desde pequeños) todas las fases de la destrucción y la vulgarización de un casco histórico y de la pérdida de la identidad cultural de una centenaria ciudad, ya saben, la calle Taxdirt les está esperando.
                                                                                                                           

                                                                                                                                          J. A. Moreno.


14 comentarios:

Marcelo dijo...

Magnífico comentario. Como vecino de la zona, suscribo lo dicho. Un apunte: el aparcamiento no es tal, de hecho estuvo cerrado completamente hasta que por las necesidades de los vecinos, estudiantes de escuela de idiomas, feligreses de las iglesias cercanas y, por supuesto, visitantes del Zoo, se abrió. Por tanto, no es un aparcamiento. Ahí está proyectada una ampliación de las eufemísticamente llamadas 'zonas verdes'; de hecho creo que no se ha procedido ya por falta de dinero. El vandalismo en la zona es más que palpable y la dejadez lo mismo... en fin, que podría seguir hablando de algo que me pilla muy de cerca.

Anton Ozomek dijo...

Felicidades por una entrada tan completa, que no deja lugar a dudas -otra vez más- el nivel de respeto por el patrimonio histórico urbano que sienten políticos y numerosos ciudadanos. Me ha dejado anonadado la obra "de amputación" para que los tronitos puedan entrar y salir cómodamente... ¡eso sí que es barbarie y no lo que le hacían a los cristianos primitivos en los circos romanos!

Jerez dijo...

Pues sí, irracionalidad y desfachatez dadas de la mano. Esto es lo que nos ofrecen nuestros munícipes, tanto en materia de Patrimonio histórico-artístico como en todo lo demás.

Ahora que, según el Ayto., el Flamenco va a ser el motor de desarrollo de Jerez (¡toma que toma, pastilla de goma!),es incomprensible que el gran valor antropológico (aparte del artístico) de estas casas de la calle Taxdirt y aledañas no les haya servido para que el PGOU les hubiera dado una mayor protección. Pues con la que tiene, (conservación arquitectónica), si se conserva la fachada ( el deleznable "fachadismo" que tanto conocéis por Málaga), o su volumen construido, nos podemos dar con un canto en los dientes.

Juan A.

Populares y populistas dijo...

Qué cómodo es desde una tribuna calentita en un piso o casa moderna pedir a la ciudadanía que se proteja la "arquitectura popular", a la que el señor del blog jamás iría a vivir. La gente sabe elegir: Prefieren vivir, como los del blog, cómodos y felices en pisos nuevos como los de la calle Taxdirt y no en corralas de mala muerte, chabolismo de principios del siglo XX a veces, eso sí, con fachadas con más años que las chabolas interiores.

Jerez dijo...

Al docto amigo Populares y populista:
regáleme una "corrala de vecinos" de esas de la calle taxdirt o como la del corral de san Antón, y dinero para rehabilitarla y para hacer un estudio histórico-arqueológico previo y me hará la persona más feliz del mundo.

Los que se van a una "colmena" no saben lo que se pierden

J. A.

Anónimo dijo...

Regalamelo a mí también, a caballo regalado no le mies el diente

Jerez dijo...

En fin, que se la va a hacer...esto es lo que hay en este pueblo. Resignación.

J. A.

Populares y populistas dijo...

Evidentemente, no soy dueño de corrala alguna, con lo cual no puedo regalarla, que nunca lo haría a usted. En cuanto al dinero, no creo que los de Goldman Sachs se lo dieran a usted tampoco. Las infames corralas populares tienen dueño, con sus derechos. La gente es libre de vivir cómoda si pueden. Ojalá hubiera promotores locales que quisieran invertir en rehabilitación, pero esa es otra historia, de la que además, ustedes hablan poquito. Yerran el tiro en muchos comentarios, que deberían ir por ahí: que nuestros promotores no son británicos ni suecos. A golpe de decreto caudillista no se rahabilitan edificios.

Jerez dijo...

Claro hay que vivir con todas las comodidades. Como los propietarios de los Áticos del Sagrario de san Miguel, con sus chimeneítas, como las de las pitufas de la Ronda Este, para dar ambiente a esas noches de invierno. Que en Jerez hace un frioooo...

¡¡ Feliz Navidad próspero y feliz año 2012!!

Juan Antonio.

mama71 dijo...

Simplemente de pena

Asidonense dijo...

Acabo de ver la pagina sobre la calle Taxdirt. Me he preguntado desde hace muchos años sobre el origen del nombre, porque claramente no es una palabra español y en inglés significa "ponga un impuesto en la porquería". A partir de ahora puedo pasar por allá concentrando en el trafico en vez del nombre. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Sabeis si aun queda en pie la casa donde vivia Tia Anica La Piriñaca...?

Unknown dijo...

Si es

el número 23

José Guadalupe dijo...

Naci en la calla de la sangre en el año 1942.Alli vivi hasta 1949,fui al collegio del Asilito.Por cierto no recuerdo a que congregación pertenecía las monjas.Recuerdo a Sor Luz.Siempre que he vuelto por Jerez nunca he dejado mi barrio de Santiago.José Guadalupe