miércoles, 18 de mayo de 2011

EL MAMELÓN: EL CARRO DEL TRIUNFO DEL MAL GUSTO













































































Después de las varias fiestas con que nos ha obsequiado la Primavera y tras la lluviosa "Segunda Ruta de la Barbarie", retomamos nuestra exposición de horrores jerezanos.

Como aún tenemos frescas en el recu
erdo las imágenes de gitanas, caballistas y enganches vistos en la Feria, lo suyo es que demos un repaso al enganche por antonomasia de Jerez, a esta obra, admiradísima por propios y extraños que embelesa a todo el que, cámara en ristre, visita este emblemático paseo de la ciudad.

El Mamelón, cuyo nombre procede de la palabra francesa que significa "pezón", tal vez por su forma original, ante
s del multiple atropello urbanístico, era la continuación de la Alameda de Cristina, bautizada así en honor de una Reina de España.

En los siglos anteriores, fueron los Llanos de San Sebastián, un espacio más próximo a un egido o terragal que a otra cosa.

Su remodelación entre los años finales del siglo XIX y principios del XX dieron a la ciudad un elegante paseo en
forma de "salón", un sitio que merecía construcciones elegantes, como el palacio de los Marqueses de Montana, hoy Domecq; el Convento de Santo Domingo, que aún persisten tercamente.










En cuanto al antiguo edifico del Instituto Padre Luis Coloma, y luego Colegio de La Salle, que conservaba partes, entre ellas el patio, del antiguo Hospital fundado por San Juan Grande (Juan Pecador) en el siglo XVI, vinieron el alcalde Miguel Primo de Rivera y luego Ruíz Mateos en los 70 del siglo XX para derribarlo sin piedad municipal, primero y para que el citado empresario edificase después un Banco que, remodelado y estrenado en 2002, es ahora un Hotel...en fin, otro pastiche mas que sustituye al histórico original.










Por si fuera poco, en esos años infames se construyó la "modernidad" que flanquea por el otro lado la Capilla de San Juan de Letrán, que queda encuadrado entre la Fealdad y el Pastiche, como en un Emblema Moral del Patrimonio Jerezano ("¡¡¡¡Enladrillalo, enladrillalo¡¡¡¡¡").









Se conservaba, sin embargo, el Palacio del Salobral, que podemos ver recreado en la primera foto, imagen de la Colección Cirera y fotografiado en la segunda: tenía una torre-mirador, elemento propio de las ciudades costeras que en Jerez era una rareza en estas fechas porque, de los muchos miradores y atalayas que hubo en el siglo XVII apenas quedaban ya en el xx unos pocos, aunque este no fuese tan antiguo.

Yo lo recuerdo, como también el extinto Colegio de la Salle, como lo que eran: elegantes, bien conservados y nuestros, auténticos y nuestros: nadie tenía derecho a decidir sobre ellos.

Pero Primo de Rivera decidió por todos y todos nos callamos, (Era el franquismo y yo era una niña ¡que conste¡) porque hacía falta una ampliación de la carretera Nacional IV (Un loco proyecto de los muchos que abundaron en esa horrenda época) y para hacerlo había que derribar el palacio. ¡Abajo los privilegios del Buen Gusto! Era la Revolución urbanística jerezana. No había sitio en Jerez para esa ampliación y tuvo que ser aquí, la política se puso en marcha para eliminar nuestro Patrimonio.

Y más tarde, hace algunos años, vino la guinda del pastel, cuando destrozado y agraviado tan hermoso entorno y tras realizar Pacheco el aparcamiento subterráneo (al menos se hizo algo útil) el conjunto se remató con
el dichoso grupo de bronce: unos lo llaman el "Cochecito lerén", otros "El carricoche". Otros lo fotografían. Yo, simplemente, lo considero como escribo en el título: el "Carro del Triunfo del Mal Gusto". Y del triunfo del caciquismo, indudablemente, pues, una vez más, franquismo y democracia se dieron la mano en cuanto a destrozo del Patrimonio para realizar proyectos locos y gusto horrendo se refiere.
¡¡¡Que no se repita, en nombre de nuestra ciudad¡¡¡¡
¡¡¡¡¡Jerezanos!!!!!









Esperanza de los Ríos.

3 comentarios:

José Angel dijo...

Totalmente de acuerdo contigo amiga Esperanza y encima el subsodicho Pacheco se vuelve a presentar a las Elecciones Municipales para "salvar a la ciudad" cuando está ya está "muerta".

Lo malo es que los que le precedieron no han sabido gestionar lo poco que quedaba bien y ahora "claman sus buenas obras".

¿Que le queda a mi ciudad para salvarse de tanto paro, tanta expeculación, tanto destrozo y tanto mangante?

Procuraremos no desfachecer y dar la bara un día si y otro no.

Un saludo afectuoso,

José Angel Sánchez Abrines

Cartujón Verbenero dijo...

Hola Esperanza. Totalmente de acuerdo contigo en cuanto a ese esperpento de carruaje que se ha pagado con el dinero de todos nosotros. Sin embargo debo matizarte buena parte de tus otros comentarios en los que te equivocas totalmente. El antiguo colegio La Salle de Cristina (donde estudié) y el palacio de Salobral se demolieron como consecuencia del Plan General de 1969 redactado durante el mandato del alcalde y jefe local del movimiento D. Miguel Primo de Rivera. El palacio de Salobral no se demolió porque Pacheco quisiera hacer un aparcamiento subterráneo sino porque Miguel Primo de Rivera quería ampliar en dos carriles más la carretera nacional IV que entonces pasaba por la calle Larga. El que no se siguieran demoliendo edificios para tal fin se consiguió gracias a la llegada al poder de D. Pedro Pacheco. Y esto no lo planteo para defender a Pedro Pacheco (Dios me libre) sino para elevar el rigor histórico que debe tener una página como ésta elaborada por historiadores. Como ya he defendido en otras ocasiones: "al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Pacheco ha hecho suficientes desaguisados como para llenar varios blogs como éste. No le endosemos culpas por acciones que se desarrollaron cuando posiblemente estaba aún en la facultad de derecho y que en sus primeros años de gobierno ayudó a enderezar.

Saludos

Jerez dijo...

Hola Cartujón:

Gracias por tus adecuadas puntualizaciones, pero hay algunos momentos en que hubo tanto desaguisado que se confunden franquistas y mallamados demcóratas. Son circustancias que yo conocí siendo aún una niña o todavía muy joven, pero que fueron tiempos en que los edificios desaparecían solos.

De todas formas, el desastre, hiciera quien lo hiciera, está consumado y Pacheco se benfició de él para su magalomanía. Gracias a Dios y,espero que este blog haya contribuido, el puelo de Jerez le ha dado lo que se merecía.
Espero que las cosas mejoren para vosotros y en beneficio de nuestra ciudad.
Esperanza