El visitante prosigue su caminata por una calle que parece ilustrar lo mejor de la arquitectura industrial de la ciudad, que son sus bodegas. Calle estrecha, en sombra, con jardines ocultos y paredes blancas, pero como ha llovido mucho, el blanco se ha descalichado; si miramos por un agujerito de cerradura, los jardines son derribos y al fondo, la maravillosa vista de una espadaña y de una chapa de uralita, todo armonizado con la colorista bandera del equipo local de futbol. "Precioso, pero, ¿porque está tan descuidado?"
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