Empezando en el Arroyo, iniciamos la subida de la cuesta y, mirando hacia atrás, vemos el desatroso estado de las casas que la bordean; vemos el abandonado convento del Espíritu Santo que,muy pronto, empezará a albergar okupas y otras tribus y, posteriormente, se verá reducido al estado de lo que viene un poco más adelante. Aunque esto, el turista aún no lo sabe, pero no tardará en intuirlo, solamente pregunta : "¿Y este convento no se visita, no tiene guardese que lo enseñen? ¡qué pena, con lo bonito que debe ser!"
Esperanza de los Ríos.
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