martes, 11 de septiembre de 2012

EL BOTELLÓN JEREZANO COMO REGRESO DE LOS VÁNDALOS







Botellona en martes. Trasera de la Plaza Hauríes.

Monopatines nocturnos en la Plaza del Caballo




















Hace una semana he vuelto de un viaje a una ciudad española de un tamaño aproximado al de Jerez. Esta ciudad es un ejemplo de buena gestión municipal y de civilización para muchas otras, no sólo de este país, sino también del extranjero: me refiero a Oviedo. 


Tras pasar algunos días disfrutando de ella, viendo sus monumentos prerrománicos, Patrimonio de la Humanidad, y mimetizándome, a ratos, con  sus "nativos" (simpatiquísimos, por cierto), comprendes lo que significa residir en una ciudad bien gobernada por su Ayuntamiento, que no se de qué partido será ni me importa, pero que lo hace de lujo; y lo disfrutas gracias a que los ovetenses colaboran  para que todo esté reluciente y bien cuidado, sin dejar los mojones de sus perros en medio de la calle y sin dejar las botellas ni las cáscaras de pipas haciendo cordilleras en cualquier rincón de la vía pública, porque a nadie medio sensato le gusta caminar entre basuras. 

Es una de las ciudades más seguras de Europa, controlada mediante cámaras de vigilancia policial y la que más zonas peatonalizadas tiene, siendo un disfrute pasear sin miedo a que un coche te de un trastazo o te atropellen las bicicletas y los monopatines por las aceras. Los pavimentos, de mármol rosado y piedra gris, son bellísimos y en ellos es absolutamente imposible encontrar basura de ningún tipo. Tampoco existen nuestros coloristas contenedores de basura, tan estratégicamente colocados delante de nuestras fachadas principales.

Al ciudadano se le avisa, mediante pantallas luminosas, que el incumplimiento de ciertas normativas municipales conlleva la multa correspondiente, y se ve que ambas partes cumplen a rajatabla.

Ysobre todo, donde la botellona tiene su espacio propio donde la gente joven pueda hacer con su salud lo que le de la gana, pero de forma que la gente pueda dormir en sus casas y, por supuesto, sin destrozar el espacio público que se costea con el dinero de los pocos que van conservando sus empleos y aún pagan impuestos, que, como en Jerez, son cada vez menos.

Esquina Rendona con Luís Pérez


Otra vista de tan dionisiaco interior
Interior  bien decorado de la misma casa.


Higienicia vivienda en la citada esquina
En el aspecto monumental, también allí se han hecho atrocidades, como derribos de iglesias románicas, cuando eso, a fines del XIX y principios del XX era "ser modernos"; también la Dictadura dejó sus horribles edificios, hay ladrillazos recientes y otras  "modernadas".

Pero se aprendió de la experiencia, cosa que en Jerez aún no ha ocurrido, ni por parte del Ayuntamiento ni por la de una parte de la ciudadanía, porque dicho sea, cada vez más personas de esta ciudad se están preocupando seriamente por nuestro Patrimonio.

Sin embargo, una evidente amenaza para éste y para la convivencia ciudadana, es el repunte de la botellona que, desde el otoño pasado de 2011, ha vuelto a invadir la ciudad sin freno ni control ninguno, sin que los responsables municipales hagan lo más mínimo para erradicarlo o, al menos, encauzarlo.

Esta nociva actividad que empezó con Pacheco hasta alcanzar niveles desproporcionados, sin embargo con Pilar Sánchez mejoró notablemente al instalarse el botellódromo. Pero todo fue entrar esta nueva corporación para que el fenómeno haya ido de nuevo en aumento exponencial, estando a punto de llegar nuevamente  a las cotas del tiempo de Pacheco. Tanto criticarlo para caer en lo mismo, "Cosas veredes Celalba mía extrañas", que diría Góngora.

Derribo en la esquina de Corral de San Antón y Pollo

En estas entradas en las cuales me ocupo de la extraordinaria suciedad que se encuentra por cualquier parte de Jerez, ya sea la Avenida Alvaro Domecq, la calle Juana de Dios Lacoste, Rendona, Pollo o cualquier otra, vemos que la mayoría de los residuos son botellas de cerveza, ginebra y cocacola y cajas de pizza, el alimento y la bebida básica de quienes beben  y viven en la calle,  no sólo los fines de semana, sino cualquier dia, hasta cualquier hora.

El resultado es que una gran parte de los jerezanos, votantes y pagadores religiosos de impuestos, no podemos dormir y lo digo por experiencia propia.

La embriaguez callejera e incontrolada conlleva suciedad, casas-muladares, pintadas en cualquier parte: edificios históricos entre ellas, y el consiguiente deterioro que experimentan zonas como el ya calamitoso barrio de San Mateo, donde hay una de las muchas que se perpetúan a sí mismas, pero también en mi barrio, que es contemporáneo y está que da asco.

Cuando los vecinos, desesperados por el ruido sobre todo en fines de semana, llamamos al 092, porque los Nacionales no estan para esas naderías, la contestación es siempre la misma: "Iremos cuando podamos porque solo tenemos dos unidades y estamos desbordados, es todo Jerez el que está llamando". Eso puede ocurrir a las dos, las tres o las cuatro de la mañana, según venga la noche, y tú, entretanto, oyendo alaridos etílicos y risotadas beodas, mayoritariamente de niñatas melenudas. 

Y te siguen informando de que el Ayuntamiento no ha dado ordenes ningunas para reprimir la botellona, así de claro.

Ante esto,  le dices desesperada:  "¿Y con quien tengo que hablar para solucionar el problema?"  y te dicen: "Con el señor Javier Durá", así pues, tú te ries, porque ya intuyes lo que vas a encontrar: Atención exquisita, modales refinados, buenas palabras y la nada entre dos platos,  porque la botellona va a proseguir bajo tu ventana y bajo muchas ventanas más, dando por.... sin remedio alguno. Nadie va a hacer nada y a la policía sólo se la ve en la calle Larga, fuera de ella... ni se la ve ni se la espera.

(Por cierto, que varias veces me ha atendido un municipal simpatiquísimo y desde aquí, aún sin conocerlo, le quiero dar las gracias por su atención,  por si acaso me leyera).

Respecto a esta trasera de la Plaza Hauríes, es "vox populi" que es donde acuden los menores de edad a iniciarse en el botellón, para luego, conforme cumplen años, trasladarse a otras zonas más adultas, como la Plaza del Mercado donde se ponen "a tope" para meterse bien puestos en el Bereber. En estos soportales de Hauríes se han refugiado todos los niñatos, ahora en su mayoría niñatas, que, no sé cómo, han sido desalojados de la Avenida de México, donde un chino les provee de todo lo necesario. 


La misma y sabia "vox populi" reconoce que la permisividad muncipal respecto a estas reuniones ilegales se debe a que este punto reune a muchos hijos de personajes del Ayunta-miento y de otros personajes "relevantes"  de la ciudad y a sus amiguitos, siendo algunos de ellos los hijos de los propios vecinos de la zona. Como cuando al bar "El Despachito" acudía la plana mayor masculina del pachequismo.


Al otro día recorres la ciudad y ves los efectos que ha ido dejando detrás de sí, basuras, material urbano destrozado, pintadas nuevas de caracter lelo, porque no tienen ni gracia para eso, y más acúmulos de basura donde ya había mucha: Juana de Dios, Cordobeses, etc.

La pasividad natural del jerezano puede terminarse, también en este conflicto que nos afecta a todos. Así pues, os recuerdo el caso de la resolución judicial por la cual el Ayuntamiento de Sevilla hubo de pagar una millonaria multa a los vecinos del barrio del Arenal que lo demandaron por daños y perjuicios por una botellona que duró años, deteriorando la salud de sus habitantes y de sus hermosos edificios. Este caso sentó jurisprudencia en temas de botellona y hoy, El Arenal sevillano es un precioso y próspero barrio de comercios elegantes y bonitos hoteles.

En Jerez hay cabreo y hay abogados que han ganado muchos pleitos a la Administración, yo los conozco, con lo cual el caldo de cultivo existe. Ojalá nuestros munícipes tomen buena nota y no hubiese que llegar a tanto.

En fin, la sensación cuando vienes de una ciudad como Oviedo y llegas aquí es de pasmo total ante el desgobierno y el caos de ciudad que tenemos y por contra, de admiración por personas que saben gestionar una ciudad con tanto acierto como aquélla. Vamos, que no da alegría volver, para seguir siendo claros.

Debe ser dificil conseguirlo, pero si allí se ha logrado, es que no es imposible:

Y nos imaginamos un Jerez civilizado, con los vándalos neutralizados. Y con unos políticos que escuchen a sus ciudadanos y, además, les solucionen sus problemas de a diario. Y que los monumentos no se caigan a pedazos. Y que de vez en cuando se pase la escoba más allá de lo que ve el ojo de la suegra, señora Rosado. Y que se empiezen a seguir las pautas de algunos técnicos  municipales estupendos que tienen proyectos muy realistas y sensatos para conseguir  que seamos de verdad una ciudad mejor.

Por cierto, señor Saldaña: ¿No se iba a limpiar y tapiar lo que era el tabanco del "Duque" y que cada vez da mas asco? Pues sigue acumulando basura, para que no se le olvide.

 El antiguo tabanco del "Duque", hoy casa-muladar

¿Por qué Jerez va a ser menos que Oviedo? ¿Por qué no nos picamos todos y tratamos de ser hasta mejores? ¿O es que no nos lo merecemos? 


Oviedo, para que os dé envidia sana


Esperanza de los Ríos

4 comentarios:

Astrología dijo...

Vivo en el Centro desde que nací, en San Mateo y al desastre que venimos arrastrando durante años se nos uné el botellón en nuestra propia ventana, concretamente la ventana del dormitorio, es algo increible empieza los jueves y durante toda la noche en plena plaza y sobre nuestra casa, ya no solo están desprotegidos los edificios abandonados si no que nos sentimos desprotegidos los propios vecinos, queremos que la zona vuelva a estar habitada que nos oigan y nos ayuden. gracias
María

Jerez dijo...

Hola María:

Si habeis ido al Ayuntamiento y no se ha hecho nada, lo mejor que podeis hacer es hacer fotos, grabar sonidos y ruidos, pedir a Medio Ambiente que hagan una medición del ruido que hay y si siguen sin haceros caso, buscad un abogado y con todas la pruebas que tengais, denunciad al Ayuntamiento por daños y perjuicios, pagandolo entre todos los afectados si estais de acuerdo, que seguro que si lo estais. Seguro que ganais el pleito como el barrio del Arenal de Sevilla.

Yo también lo haría, pero en mi barrio la gente no está de acuerdo porque bueno, ya sabes lo que digo en mi entrada que se dice de los niños que aquí vienen...

Lo que te digo: documentad con fotos y grabaciones las molestias e iros a un abogado y denunciad, es lo mejor y un escarmiento a este ayuntamiento tan inutil que tenemos.

Mientras, yo seguiré escribiendo de tu barrio, que también es casi mio, de la botellona y de todo.

Un saludo:

Esperanza de los Ríos
Estos problemas afectan a las personas

Anónimo dijo...

Estimada Esperanza:
He leído atentamente algunos artículos publicados en este blog referentes al deprimente estado de abandono y suciedad en el que se encuentra nuestra ciudad. Conozco Oviedo y coincido con Vd. en que es una ciudad particularmente bella y bien cuidada, que ha sido además, galardonada con la "Escoba de Oro" que concede la Asociación Técnica para la Gestión de Residuos, Aseo Urbano y Medio Ambiente, al igual que San Sebastián y Toledo, ciudades por donde pasear es un auténtico placer. No podría estar más de acuerdo con usted en todo aquello que nos muestra acerca de la peremne suciedad reinante en Jerez y mucho me temo, que el civismo es una batalla perdida, ya que todo lo que afecte a la propiedad pública y a la conservación del patrimonio urbano, a muchos conciudadanos, a tenor de lo que se puede constatar diariamente en esta ciudad, lisa y llanamente le rebala. Me resulta imposible escribir sobre este particular sin experimentar un profundo sentimiento de frustración e indignación porque lo considero una cuestión elemental y básica para la convivencia ciudadana. Vivimos en un entorno paulatinamente invadido por la basura y la despreocupación absoluta por la limpieza de nuestras calles, donde nuestras mascotas encuentran el camino expedito para defecar sin que autoridad municipal competente alguna obligue a sus dueños a recoger las deyecciones de sus queridos animalitos, convirtiendo el común de nuestras aceras en un sembrado de excrementos que nos obliga a sortearlos como si de minas se tratase. Al hilo de esta cuestión, cabe pensar que los responsables de la delegación de Medio Ambiente de nuestro ayuntamiento se fuman la ordenanza municipal sobre tenencia de animales domésticos y el cumplimiento de dicha norma parece ser una quimera para los ilusos como yo que creíamos que dichas ordenanzas se dictaron para ser escrupulosamente observadas.
Para comprobar lo hasta aquí afirmado basta con darse una vuelta por el centro de Jerez y contemplar con desolación como nuestras calles se han convertido en un basurero, por no mencionar las imágenes de los vertederos improvisados que en este blog nos ha mostrado, que hace pensar a cualquiera en la escasa calidad y el nulo nivel de civismo de, quiero pensar que es así, una minoría de Jerezanos para los que mantener limpia su ciudad ni le ocupa ni le preocupa. Por eso es para mí motivo de satisfacción y alivio comprobar que no me estoy volviendo un maníaco obsesivo con este asunto, y que hay muchos otros ciudadanos como usted que deploran y denuncian públicamente la incapacidad y el nulo interés de nuestro consistorio por hacer de nuestra ciudad un modelo de gestión en la limpieza y conservación del rico patrimonio que atesora Jerez, y afirmo al igual que usted, que la responsabilidad no es sólo de la actual corporación local, sino un lastre arrastrado desde los gobiernos del ínclito Sr. Pacheco y de la Sra. Sánchez, que espero lleven tanta paz como paz nos han dejado tras sus calamitosas gestiones al frente del Ayuntamiento y que tan caro estamos pagando. Las imágenes que ilustran sus comentarios deberían de hacernos sonrojar de pura verguenza, porque hablamos de muladares y basureros en el mismo corazón de los barrios históricos de la ciudad, todo ello con la solemne aquiescencia y pasiva permisividad de nuestros munícipes para los que, sin duda, estas cuestiones deben parecerles problemas menores que no merecen de su atención ni son motivo de preocupación, inmersos como estamos en esta vorágine llamada crisis que está devorándolo todo.
Desde aquí le mando todo mi apoyo y le animo a seguir denunciando tanto desmán, porque en el fondo creo que algo si podemos hacer si remamos todos en la misma dirección, pero se hace necesario quue hablemos de esto alto y claro, que reclamemos el espacio preferente que merece este asunto y que lo convirtamos en una cuestión de primerísimo orden en la vida pública de Jerez.
Reciba un cordial saludo.

RCV

Anónimo dijo...

Al final, esto del botellón acabará mal; llegará un vecino hasta los mismísimos de no poder dormir, increpará a algunos de estos angelitos, éstos lo amenazarán o directamente lo agredirán, y el vecino, que no es un vecino desarmado sino un militar -por ejemplo-, volará la cabeza a quien se le ponga por delante. Hasta que esto no suceda, y acabará sucediendo, nadie se tomará en serio este fenómeno de mier.da del botellón. ¿A qué estúpido chaval le tocará? ¿Al hijo del alcalde del municipio en cuestión? ¿Al del concejal? O como suele suceder cuando el destino juega a los dados, ¿le tocará al pobre muchacho que pasaba por allí de camino a casa y que no formaba parte del sarao?