LADRILLAZO EN PLAZA DE LAS COCHERAS

Iniciamos nuestro recorrido de hoy caminando idílicamente por la deliciosa calle de la Carne. Quien escribe esto, nació muy cerca de aquí (Calle Doctor Mercado) y recuerda las calles de su infancia, íntegras y habitadas.

El primer tramo nos muestra ejemplos bien conservados de la arquitectura del XVII, como esta vivienda que mostramos y que, de momento, nos alegra. Pero seguimos caminando y, de repente, el idilio se termina: apenas pasamos ésta, aparecen los derribos de casas y bodegas y su inseparable compañero, el infausto ladrillazo. Como viene siendo costumbre de nuestro querido Ayuntamiento y respetados ediles, unidos a los constructores que hacen estas promociones, vemos un enorme derribo rodeado de una tapia adecuadamente decorada, esperando ser reedificado en el ya conocido "estilo ladrillazo" que nuestro blog viene denunciando sin descanso.

Tras la tapia, han dejado una prueba de su delito: los arcos apuntados de lo que fue bodega, supuestamente protegida por la Ley de Patrimonio, pero que a ellos les importa un pito.

Más adelante, la Plaza de las Cocheras, que la autora de este texto conoció íntegra, ha desaparecido casi por completo. En el lugar de las edificaciones del siglo XVII que en ellas hubo, hoy vemos esto: un ladrillazo municipal de época, presuntamente, pachequil, pero que también podría, presuntamente, ser garcía-pelayesco o presuntamente sanchesco. Solo se ha respetado la portada que mostramos.

Todo este conjunto de construcciones, como los ya enseñados en el blog, era muy antiguo, la mayoría de las casas era del XVII y, seguramente, las bodegas también, según costumbre de este siglo de tener una de éstas adjunta a la vivienda, de las cuales muchas, debieron pertenecer, en su origen, a los mercaderes, flamencos en su mayoría, que se avecindaron en los barrios de Santiago y San Miguel, como los que debieron vivir en estas calles y en las cuales dejaron su huella, en forma de arquitectura funcional pero de buen porte, incluso señoriales, como esa pobre portada nos recuerda inútilmente.

Recuerdo que, en uno de los edificios ya derribados, en la vista de la Plaza que enseñamos desde la calle Francos, tenía un azulejo de la Virgen del Amor y Sacrificio que siempre veía al volver a mi casa. Hoy ha desaparecido junto con la casa que lo sustentaba.

Hoy está todo perdido.

NO DEJEMOS QUE SIGA OCURRIENDO, PAREMOS ESTA BARBARIE.

¡¡¡¡¡JEREZANOS¡¡¡¡¡

Esperanza de los Ríos