Damos a conocer una preciosa y estropeadísima casa, el nº. 9 de la calle Sol. Es un ejemplo de arquitectura jerezana del siglo XVII: su portada, con entablamento de tradición clásica, está a un lado de la fachada, que ofrece una distribución asimétrica de los vanos, abiertos según las necesidades del momento a lo largo de su longeva y venerable vida. Degradada y maltratada, sigue siendo estupenda.
Ahora está habitada, pero no sabemos que puede ocurrir mañana... Bueno, sí que lo sabemos: sus vecinos se irán y las aves de rapiña se aliarán con las carroñeras (Constructores y Ayuntamiento), que, con la connivencia-desidia del pueblo jerezano, la destruirán por completo y transformarán en un fortín de juguete que venderan a precio de oro (ver Mirabal, Dávila, casa Calle Medina y otras tantas). Luego, algún visitante despistado, con la mejor voluntad del mundo, comentará lo bien cuidado que está el Patrimonio jerezano... Señores, pasen y vean la realidad de nuestra ciudad... Esto es lo que tenemos, incuria, desidia, ignorancia y avaricia. Realmente, da miedo dar a conocer estas viviendas, porque es poner el caramelo en la boca de los sinverguenzas y enemigos del patrimonio, pero si la tiran, quedará constancia de que existió y los que amamos el arte, sabremos lo que hemos perdido. Pero también damos la alerta para que vigilemos nuestros bienes y no nos dejemos saquear más.
Esperanza de los Ríos.
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